El análisis fundamental, basado en noticias y hechos que afectan a las distintas economías, es claro en estos momentos, con algunos matices que no cambia la opinión general: Grecia está a punto de caer en default, y esto asestaría al Euro una estocada si no mortal, al menos muy profunda.
Pero desde un punto de vista técnico, algo sucedió hace unos días, y no hay que perderlo de vista: los pares del Dólar abrieron la semana del 19 de septiembre con gap.
El gap es simplemente un espacio no cubierto por el precio. Normalmente se producen por dos motivos: al inicio de un período semanal, si algo sucedió durante el fin de semana, y ante la publicación de datos macro de mucha relevancia.
Si algo hay seguro, al menos en los últimos 10 años, es que todos los gap son cubiertos.
No es menor el dato. Ante una apertura semanal por debajo de un gap, fácil es deducir que hay que abrir una posición de compra, buscando la cobertura del mismo. Y viceversa, si el gap está debajo del cierre del viernes.
Claro que, como toda herramienta técnica, tiene su contra. Y tampoco es menor. Es la variable del tiempo. No sabemos cuándo esos gap serán cubiertos, y a menudo esperamos centenares de puntos a que esto suceda, causando perjuicios a las cuentas.
Sin entrar en la conveniencia o no de esperar, el riesgo a asumir, y otras cuestiones más generales, es conveniente tener en cuenta que el gap del par EUR/USD ya fue cubierto el miércoles 21 de septiembre. Es decir que respecto a este cruce, nada se puede esperar.
Pero hay otros cruces que no han cubierto sus gap. El más relevante es GBP/USD, que dejó uno en 1,5795, pero hay otros, como EUR/JPY en 105,80, USD/CHF en 0,8750 y AUD/USD en 1,0355 (este cruce tiene otro, del día 12 de septiembre, en 1,0450.
Como se combinan entonces el análisis fundamental y el técnico, cuando el Euro se puede desplomar, el Dólar australiano lo mismo, y la Libra con un camino similar?
Lo que se puede esperar es una serie de anuncios que generen cierta euforia en los mercados, que eleven al Euro a la zona de 1,38/1,39, lo cual con el valor del USD/JPY en 76,50, del cual no se ha alejado últimamente, llevaría el EUR/JPY a cubrir el gap mencionado.
La Libra suele seguir los movimientos del Euro, salvo excepciones, y un movimiento de la moneda única empujaría a la divisa británica hacia arriba.
Y en cuanto al Dólar australiano, depende mucho del oro. Su caída de más de 1100 puntos en septiembre está íntimamente ligada a la fortísima corrección bajista del oro, que cayó de casi 2000 a 1530 dólares en pocos días. Bastará un resurgimiento del oro (que sería acompañado por un aumento del petróleo y el resto de las materias primas), para que el Aussie supere cómodamente 1,03.
Claro que todo desemboca en un denominador común: que el humor de los mercados se mantenga al menos estable, y las acciones de Wall Street levanten cabeza. En ese caso, los inversores volverán a tomar riesgo sin demora.
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