jueves, 22 de octubre de 2015

Se desinflan las salidas a bolsa de las tecnológicas
























Drew Houston, presidente ejecutivo de Box, firma que comenzó a cotizar en 2014. PHOTO: NAOISE CULHANE/SPORTSFILE/CORBIS





A principios del año pasado, Dropbox Inc. no tuvo problemas para impulsar su valuación de US$4.000 millones a US$10.000 millones, convirtiendo así a su presidente ejecutivo en uno de los nuevos multimillonarios de Silicon Valley, por lo menos en papel.

Sin embargo, la euforia ha empezado a desvanecerse. Banqueros de inversión advierten que la empresa de almacenamiento en línea con sede en San Francisco tal vez no pueda salir a bolsa a esa valuación, y mucho menos generar grandes ganancias para recientes inversionistas y empleados que esperaban volverse ricos, según fuentes al tanto.

BlackRock Inc., que encabezó la ronda de financiación de US$350 millones que más que duplicó la valuación de Dropbox, ha reducido su estimación del valor por acción de la empresa en 24%, según documentos regulatorios.

Dropbox responde que su negocio sigue creciendo, que añadió 500 empleados en el último año, incluyendo altos ejecutivos, y que no tiene necesidad de capital adicional de inversionistas privados o a través del mercado bursátil.

Aun así, la compañía es un presagio de los problemas más amplios que aguardan a las startups que no tuvieron dificultades para recaudar dinero a valuaciones sin límite durante el imparable auge tecnológico. El mercado de salidas a bolsa se ha enfriado, en gran parte porque las firmas tecnológicas han buscado valuaciones por encima de lo que los inversionistas están dispuestos a pagar.

En lo que va del año, sólo 14% de las ofertas públicas iniciales de acciones en Estados Unidos fueron de empresas de tecnología, el porcentaje más bajo desde al menos mediados de los años 90, según Dealogic.
 
Muchas acciones de empresas estadounidenses que debutaron en bolsa este año han sufrido un retorno medio de cero comparado con su precio inicial. Los inversionistas que compraron acciones después de que empezaron a cotizar (a menudo la primera oportunidad para muchos inversionistas particulares) han perdido una media de 13%.

El riesgo es que este pobre recibimiento bursátil a las startups tecnológicas pueda afectar a empresas que aún no han abierto su capital. Si sucediera esto, les sería más difícil contratar y pagar a sus empleados, e incluso podría amenazar la futura financiación de esas firmas.

El capitalista de riesgo Bill Gurley, socio en Benchmark, dice que percibió un marcado cambio en el tercer trimestre. “Estamos viendo rondas de financiación en las que los fundadores vuelven y los precios bajan una y otra vez”, cuenta.

En un sentido, Dropbox se ve perjudicada al ser comparada con su rival Box Inc., que salió a bolsa en diciembre, afirman banqueros de inversión. Box tiene un valor de mercado de US$1.650 millones, o menos de seis veces sus ingresos previstos para su año fiscal 2016. Dropbox necesitaría facturar cerca de US$2.000 millones para respaldar una valuación similar, pero un banquero de inversión estima que sus ingresos probablemente asciendan a sólo US$500 millones este año. Dropbox no quiso comentar al respecto.

“Lo que más me preocupa sobre todas estas [valuaciones de miles de millones de dólares] es que se necesita un mercado público para hacerlas líquidas”, dice Chris Douvos,director gerente de Venture Investment Associates, una firma que invierte en fondos y startups. “Pero ¿quién va a comprar a estas valuaciones?”.

Al menos 124 empresas de capital cerrado han sido valuadas en US$1.000 millones o más por firmas de capital de riesgo, casi el doble que hace un año, según Dow Jones VentureSource. Las guerras por invertir en startups tecnológicas son tan comunes que 10 empresas levantaron capital a valuaciones de más de US$1.000 millones tan sólo en septiembre.
 
No obstante, esos inversionistas podrían tener problemas en obtener ganancias si el mercado de salidas a bolsa no logra sostener valuaciones aun más altas. En una señal de cautela entre los inversionistas, un análisis de rondas de financiación realizado por Fenwick & West LLP en marzo halló que 30% de las empresas que no cotizan, valuadas en US$1.000 millones o más, prometieron un precio específico de salida a bolsa. En algunos casos, las compañías acordaron dar acciones adicionales a los inversionistas si no alcanzaban esa cotización.

Algunos capitalistas de riesgo y ejecutivos de startups no están preocupados. Dicen que estas empresas nunca han sido tan baratas de crear y que están madurando más rápido que durante el último auge tecnológico, en parte debido a que la era de los smartphones provee un mercado fácilmente accesible de 2.000 millones de personas.

En consecuencia, startups de capital cerrado como Dropbox, la empresa de reservas de taxi Uber Technologies Inc. y el servicio de alquiler de lugares de hospedaje temporal Airbnb Inc. tienen ingresos anuales de cientos de millones de dólares. Sus crecientes fuentes de ingresos las ayudan a atraer inversionistas y a mantenerse fuera del mercado bursátil por más tiempo.

El mismo atractivo está haciendo crecer cada vez más las valuaciones. Parte de la presión proviene de fondos mutuos, fondos de pensiones y otros gestores institucionales de dinero hambrientos de retornos más altos de lo que pueden conseguir con otros activos.

Más de dos tercios de las compañías financiadas por capital de riesgo en EE.UU. valuadas en US$1.000 millones o más tienen el respaldo de inversionistas como fondos mutuos, fondos de cobertura o un banco, según Dow Jones VentureSource. Estos inversionistas normalmente apuestan a una salida a bolsa.

Este año, Airbnb buscó levantar fondos a una valuación de US$18.000 millones, según una persona al tanto. La empresa finalmente convenció a inversionistas que incluían las firmas de fondos mutuos Wellington Management, Baillie Gifford, T. Rowe Price GroupInc. y Fidelity Investments para que aportaran US$1.500 millones a una valuación de US$25.500 millones. T. Rowe Price y Fidelity ya poseían una participación en Airbnb, que es ahora la tercera startup más valiosa del mundo, después de Uber y el fabricante de smartphones chino Xiaomi Corp. La empresa no ha divulgado planes de salir a bolsa, pero muchos analistas consideraron la contratación de un director financiero en julio como un paso en esa dirección. Una vocera de Airbnb no quiso hacer comentarios.

En las rondas de financiación privada, una compañía tiene que convencer a sólo un inversionista para que fije la valuación y luego traer a otros. Los precios generalmente se basan en proyecciones financieras de varios años. En contraste, las startups que salen a bolsa enfrentan un incesante escrutinio de sus resultados y previsiones. Los precios de sus acciones fluctúan a diario.

De las nueve empresas tecnológicas financiadas con capital de riesgo y valuadas en US$1.000 millones en rondas de financiación privada que desde 2014 han salido a bolsa en EE.UU. y que han divulgado resultados anuales, sólo tres han alcanzado o superado el consenso de previsiones de ganancias de los analistas para ese año, según FactSet.

En Dropbox, la valuación promete ser un gran dilema. Drew Houston, su presidente ejecutivo, rechazó en 2009 una oferta de compra de Steve Jobs, cofundador de Apple Inc.; el valor de la oferta no fue revelado. Dropbox cuenta ahora con 400 millones de usuarios registrados. La mayoría usa su servicio de forma gratuita, pero la compañía dice que más de 130.000 empresas pagan al menos US$900 al año para que un mínimo de cinco empleados usen su servicio. Sus clientes incluyen News Corp, que publica The Wall Street Journal.

El almacenamiento en línea se está volviendo un producto básico, y Dropbox ahora compite con Apple, Google Inc., Microsoft Corp. y Amazon.com Inc., las cuatro mayores empresas tecnológicas a nivel mundial por valor de mercado.

Dropbox afirma que está expandiendo su negocio más allá del almacenamiento de datos. La semana pasada, lanzó una herramienta de colaboración en documentos llamada Paper. “Otros pueden hablar sobre valuaciones”, dijo una vocera de Dropbox. “Nosotros trabajamos duro en construir un negocio duradero”.
 
 
Autor: Rolfe Winkler, Douglas MacMillan, Telis Demos y Monica Langley
Webgrafia: THE WALLSTREET JOURNAL

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