Se multiplican las leyendas sobre la existencia e identidad del empresario.
Muchos buscan averiguar quien es el creador. Foto: Archivo Portafolio |
La búsqueda de Satoshi Nakamoto, el elusivo creador del bitcoin, ha
cautivado incluso a aquellos que piensan que la moneda virtual es algún
tipo de estafa en línea. Ha surgido una leyenda a partir de una
mezcolanza de hechos: alguien que usó el nombre de Satoshi Nakamoto
lanzó el software del bitcoin a principios de 2009 y se comunicaba con
los usuarios de la naciente divisa vía correo electrónico; pero nunca
por teléfono o en persona. Luego, en 2011, justo cuando la tecnología empezó a atraer una mayor atención, los correos electrónicos cesaron.
Repentinamente, Satoshi desapareció, pero las historias se volvieron más
grandes.
En el último año, mientras trabajaba en un libro sobre la historia del
bitcoin, me fue difícil evitar sentirme atraído por el enigma casi
místico de la identidad de Satoshi Nakamoto. Justo cuando empecé mi
investigación, Newsweek causó sensación con un artículo de portada en
marzo de 2014 que afirmaba que Satoshi era un ingeniero sexagenario
desempleado que vivía en un suburbio de Los Ángeles.
Al día siguiente de la publicaciones, sin embargo, la mayoría de las
persona conocedoras del bitcoin habían concluido que la revista tenía al
hombre equivocado.
Muchos en la comunidad del bitcoin me dijeron que, en deferencia al
claro deseo de privacidad del creador del bitcoin, no querían ver que se
desenmascarara al mago. Pero incluso entre quienes dijeron esto, pocos
pudieron resistir discutir los indicios dejados por el fundador.
OTRO INDIVIDUO
Conforme sostenía estas conversaciones con los programadores y
emprendedores que están más profundamente involucrados con el bitcoin,
encontré una creencia discreta pero ampliamente sostenida de que gran
parte de la evidencia más convincente apuntaba a un estadounidense
huraño de ascendencia húngara llamado Nick Szabo.
Szabo es un misterio tan grande como Satoshi. Pero en el curso de mi
investigación periodística he seguido encontrando nuevos indicios que me
atrajeron más en la búsqueda, e incluso tuve un raro encuentro con
Szabo en una reunión privada de destacados programadores y emprendedores
del bitcoin.
En ese encuentro, Szabo negó que fuera Satoshi, como lo ha hecho
consistentemente en comunicaciones electrónicas, incluso en un correo
electrónico reciente. Pero reconoció que su historia dejaba poca duda de
que estuvo entre un pequeño grupo de personas que, a lo largo de
décadas, trabajando a veces cooperativamente y a veces en competencia,
tendieron las bases para el bitcoin y crearon muchas partes que
posteriormente se incorporaron a la moneda virtual. La contribución más
notable de Szabo fue un predecesor del bitcoin conocido como “bit gold”,
que logró muchos de los mismos objetivos usando herramientas similares
de matemáticas avanzadas y criptografía.
Quizá sea imposible probar la identidad de Satoshi hasta que la persona
o personas detrás de la cortina del bitcoin decidan salir al frente y
comprobar la propiedad de las antiguas cuentas electrónicas de Satoshi.
En este momento, la identidad del creador ya no es importante para el
futuro del bitcoin.
Pero la historia de Szabo ofrece información sobre elementos a menudo
no comprendidos de la creación el bitcoin. El software no fue
espontáneo, como se supone en ocasiones, sino que más bien fue creado
con base en las ideas de múltiples personas a lo largo de varias
décadas.
LA HIPÓTESIS DEL ANONIMATO
Quienquiera que sea, el verdadero Satoshi Nakamoto tiene muchas buenas razones para querer permanecer anónimo.
Quizá la más obvia sea el riesgo potencial. Sergio Demian Lerner, un
investigador argentino, ha concluido que Satoshi Nakamoto muy
probablemente recaudó casi un millón de ‘bitcoins’ durante el primer año
del sistema. Dado que cada ‘bitcoin’ vale ahora unos 240 dólares, lo
acumulado tendría un valor de más de 200 millones de dólares. Eso
convertiría a Satoshi en un blanco.
Nathaniel Popper
Nueva York
The New York Times
Webgrafia: portafolio.co
Autor: Nathaniel Popper
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