viernes, 2 de noviembre de 2012

Los hispanos pueden determinar quién ocupará la Casa Blanca

LAS VEGAS—En una contienda reñida, la esperanza de reelección del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, depende del voto latino. El alto crecimiento de esta población significa que los hispanos tienen más peso que en cualquier elección anterior, en particular en los estados que los candidatos tienen la obligación de ganar para llegar o seguir en la Casa Blanca.
 
La gran pregunta en momentos en que la campaña llega a su fin es cuántos latinos acudirán a las urnas. Ahí radica la importancia de un incidente pequeño, pero elocuente, a principios de semana. Un mariachi junto con un grupo de voluntarios hispanohablantes que apoyan la reelección de Obama se instalaron en el estacionamiento de un supermercado alejado de las luces de neón de los casinos de esta ciudad.
 
Los voluntarios se acercaban a los clientes del supermercado Cárdenas en el este de Las Vegas, en su mayoría latinos, y les decían que el local también servía como centro donde podían votar por anticipado. Mientras los mariachis tocaban, la gente se detenía frente a una mesa con letreros que proclamaban "Nosotros decidimos" y se inscribían para asistir a un evento de Obama.
 
El presidente no tiene más alternativa que tratar de conquistar el voto hispano. Su apoyo entre los afroamericanos asciende a 92%, mientras que los electores blancos se distancian de él. Una encuesta reciente de The Wall Street Journal-NBC News mostró que su respaldo entre la población blanca que probablemente votará llega a sólo 36%, siete puntos por debajo de la elección de 2008. El mismo sondeo le da una ventaja de 70% frente a 25% sobre el aspirante del Partido Republicano, Mitt Romney, entre los electores latinos.
 
El reto de la campaña de Obama es hacer que estos partidarios acudan a las urnas. Los latinos tienden a ser más jóvenes que el resto de la población y no votan de manera tan predecible como otros grupos.
 
Otra preocupación para Obama es que el entusiasmo de los latinos es menor que el del resto del país, aunque ha crecido conforme se acerca la elección.
 
Muchos votantes hispanos están decepcionados que el presidente no haya cumplido su promesa electoral de buscar con mayor ahínco un camino hacia la regularización del estatus legal de los 11 millones de indocumentados. Obama trató de afianzar su posición con los latinos en junio, al anunciar que numerosos jóvenes indocumentados podrán postularse a un programa que les permite vivir y trabajar temporalmente en Estados Unidos sin temor a ser deportados.
"A estas alturas, para que Barack Obama triunfe, los votantes latinos tienen que votar en masa", dice el encuestador del Partido Demócrata, Peter Hart, quien elabora conjuntamente la encuesta de The Wall Street Journal. "Son fundamentales porque son centrales en estados que decidirán la elección", afirmó, mencionando a Nevada, Colorado, Ohio y Virginia.
 
Incluso a algunos republicanos les preocupa que el distanciamiento del partido de los electores latinos los perjudique en el futuro. Steve Schmidt, estratega de la campaña presidencial del senador republicano John McCain en 2008, lamentó recientemente "el desplome en el apoyo a candidatos republicanos en el grupo demográfico de mayor crecimiento del país". "Hace ocho años teníamos conversaciones sobre obtener 50% del voto hispano. Ocho años después estamos preocupados de si obtendremos 30% a nivel nacional", agregó.
 
Las campañas de Obama y Romney cortejan a los electores latinos de maneras distintas y para fines diferentes. En ningún lugar sus estrategias contrastantes son tan evidentes como en Nevada y Colorado, dos estados clave que cuentan con significativas poblaciones latinas.
 
Este año, los hispanos representan más de 14% de los votantes habilitados en Nevada, un punto porcentual más que en los comicios de 2008. En Colorado, son 15,5% de los votantes habilitados, cuatro puntos porcentuales más que en 2008, según el Centro Hispano Pew.
 
La campaña de Romney asegura que está cortejando enérgicamente el voto latino. "Lo más importante es asegurarse de que los hispanos sepan que tienen una opción y que los republicanos quieren su voto y su apoyo", dijo Bettina Inclan, directora nacional de enlace hispano para la campaña de Romney.
 
Muchos votantes hispanos dijeron que se formaron una imagen de Romney durante las primarias republicanas cuando el candidato adoptó una posición dura en temas migratorios. En los últimos meses, Romney ha atenuado su retórica, enfatizado soluciones bipartidistas y prometido lograr una solución a largo plazo para la política migratoria. Pero sus declaraciones anteriores causaron preocupación, dicen líderes hispanos.
 
Antonio Esquibel, un profesor universitario retirado, ha recorrido en los últimos meses los barrios de Denver, la capital de Colorado, donde hay una alta concentración de hispanos. Esquibel dice que ha encontrado casi exclusivamente partidarios de Obama. "Ni siquiera quieren oír de Romney", señaló.
Con sus centros de llamadas y eventos bilingües dirigidos a los dueños de pequeñas empresas, los republicanos se fían de sus argumentos económicos para ganar un grupo electoral que tradicionalmente favorece a los demócratas. "Estás hablando de una comunidad que fue golpeada con fuerza en esta economía", apuntó James García, dirigente de la campaña de Romney en Colorado. "Los hispanos están preocupados por la economía".
 

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