El triunfo del presidente Barack Obama en las elecciones del martes aumenta las probabilidades de que la política monetaria relajada de la Reserva Federal de Estados Unidos no sufra grandes modificaciones hasta que la economía no muestre señales de un sólido repunte.
El banco central ha indicado que prevé mantener las tasas de interés a corto plazo en cerca de cero al menos hasta mediados de 2015 y es improbable que Obama quiera cambiar de rumbo.
Aunque los presidentes no pueden interferir directamente en las decisiones de la Fed, pueden influir al nombrar a los siete miembros de su junta, los que también deben ser confirmados por el Senado.
Obama ya ha impreso su sello en la Fed al volver a designar a Ben Bernanke en la presidencia y nombrar a cinco de los restantes seis integrantes.
Su reelección significa que también nombrará al sucesor de Bernanke, quien se espera no postule a un tercer período al frente de la Fed cuando concluya su gestión en enero de 2014.
"Cuesta imaginar que Obama nombrará a alguien… que rompa de manera dramática con el actual marco político", señaló Roberto Perli, ex economista de la Fed y director ejecutivo de International Strategy and Investment Group. El mandatario probablemente nominará a alguien que continúe afirmando que "la política monetaria relejada es necesaria y adecuada a estas alturas", observó.
La Fed comenzó en septiembre a comprar US$40.000 millones adicionales al mes de valores hipotecarios e indicó que lo seguirá haciendo hasta que el mercado laboral se fortalezca. Esto se suma a la adquisición mensual de US$45.000 millones de bonos del Tesoro a largo plazo, comprados con la recaudación de la venta de bonos del Tesoro a corto plazo. La Fed decidirá si continuará ambos programas en su reunión prevista para el 11 y 12 de diciembre.
Ahora que Obama seguirá por otros cuatro años en la Casa Blanca, una candidata para reemplazar a Bernanke es la vicepresidenta de la junta de la Fed, Janet Yellen. Antes de pasar a la Fed en los años 90, Yellen fue profesora de economía de la Universidad de California en Berkeley y formó parte del Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton. Posteriormente, asumió la presidencia del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, antes de regresar a la Fed como vicepresidenta de la junta. Yellen sería la primera mujer en encabezar la Fed.
La filosofía monetaria de Yellen coincide en gran parte con la de Bernanke. Al igual que él, Yellen opina que las tasas de interés bajas pueden apuntalar el empleo. Algunos integrantes de la Fed y detractores externos están en desacuerdo e indican que la Fed no puede relajar las fricciones en el mercado laboral que impiden el descenso de la tasa de desempleo, que actualmente llega a 7,9%.
Asimismo, es improbable que se revierta el proceso de decisiones colaborativas que fomentó Bernanke.
Los presidentes de los bancos regionales de la Fed están más acostumbrados a jugar un papel influyente en las decisiones de política monetaria en comparación a sus predecesores bajo el liderazgo de Alan Greenspan, quien dominaba la política de la Fed.
"No creo que (una presidencia de Yellen) significaría un retorno al estilo de liderazgo de Greenspan", apuntó Michael Feroli, economista jefe de J.P. Morgan ChaseJPM -5.93% & Co. en EE.UU.
Otros posibles candidatos para el puesto son tres ex vicepresidentes de la Fed: Donald Kohn, actual catedrático del centro de estudios Brookings Institution; Roger Ferguson, Jr., presidente ejecutivo de la firma de valores TIAA-CREF y Alan Blinder, profesor de economía de la Universidad de Princeton. El ex Secretario del Tesoro y asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers, que actualmente se desempeña como profesor de economía de la Universidad de Harvard, también podría ser nominado.
Yellen, Blinder y Ferguson declinaron comentar para este artículo mientras que Kohn y Summers no respondieron a una solicitud de comentarios.
El proceso de seleccionar y confirmar al próximo titular de la Fed probablemente será aplazado por otras decisiones más urgentes. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha indicado que dejará su puesto en enero, al igual que la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Un factor que podría complicarle la vida a la Fed es la manera en que la Casa Blanca y el Congreso afronten las alzas de impuestos y recortes de gastos que entrarían en vigor a inicios de 2013.
Los legisladores y la Casa Blanca volverán a enfrentarse sobre cómo reducir el déficit fiscal sin descarrilar la recuperación económica. Si el gobierno y los parlamentarios no logran llegar a un acuerdo, la política fiscal podría hundir la economía que la Fed ha intentado respaldar.
Por KRISTINA PETERSON y JON HILSENRATH W.S.J.
No hay comentarios :
Publicar un comentario