lunes, 27 de octubre de 2014

Arabia Saudita puede acabar con la cornucopia venezolana

El precio del petróleo sigue cayendo, a pesar de la visión de la mayoría de los análisis que he leído y a pesar de mi apreciación personal de que este “commodity” estaba llegando a su piso. Igual los $80 por barril pareciera ser un nivel de precios que debería resistir, al menos juzgando por lo que los financistas denominan los “técnicos” de las series de tiempo. No es la primera vez que el precio del petróleo llega a los $80 dólares en la post crisis, mejor dicho, después de la quiebra de Lehman Brothers. El precio del petróleo tocó $80 en Mayo y en Septiembre del 2010, en Agosto y en Octubre del 2011, en Junio del 2012, y nuevamente ahora, en Octubre del 2014.

La razón detrás de la caída del precio es múltiple. El análisis que he hecho al respecto reconoce varios factores fundamentales. Unos factores son “nominales” y otros son “reales”. Por el lado nominal, la depreciación marcada que se ha visto en el € y en el ¥ versus el Dólar, es un mala noticia para el precio del petróleo, pues esas depreciaciones implican que el dólar norteamericano se aprecia versus la mayoría de las monedas del mundo. Además, como es obvio, si el precio del petróleo está denominado en USDs, entre más se fortalezca el dólar, mayor será la caída del precio del petróleo. La génesis de la apreciación nominal del USD es el hecho de que la Reserva Federal muy seguramente decidirá a favor de acabar con la compra de bonos en la reunión venidera, este 29 de Octubre. Al mismo tiempo los mercados están descontando que el Banco Central Europeo y el Banco Central de Japón se van a ir en la dirección contraria, mejor dicho, que más bien decidirán incrementar la cantidad de liquidez que inyectan en sus respectivas economías.

Por el lado “real” de la ecuación, un factor fundamental es que EEUU sigue incrementado su producción de petróleo. Hoy en día EEUU está produciendo 8.7 millones de barriles diarios, 1 millón más de lo que producía el año pasado. Tengan en cuenta que lo que EEUU logró incrementar en producción en un año es igual a lo que produce Colombia diariamente. Los analistas están convencidos de que EEUU no va a disminuir la velocidad de producción a menos de que el precio del petróleo caiga a USD $65, donde muy seguramente ya no será rentable sacar el petróleo esquisto de Dakota del Norte. También es muy cierto que Arabia Saudita está exportando petróleo a todo dar, a pesar de la coyuntura. Conocedores del mercado de petróleo han argumentado que la actitud de Arabia Saudita es “irracional”, por lo menos desde el punto de vista económico. Por lo tanto, la motivación de Arabia Saudita tiene que ser política.

¿Cuál es esa motivación? Seguramente tiene que ver con el interés de Arabia Saudita de debilitar a Irán, país que es un enemigo histórico de la monarquía del Rey Abdullah. Arabia Saudita puede resistir, políticamente hablando, un escenario prolongado de precios bajos. El gobierno de Irán, no. La otra motivación de Arabia Saudita seguramente está atada al interés de EEUU de debilitar al régimen de Vladimir Putín. Si los precios del petróleo siguen cayendo, muchos pozos de Rusia dejarán de ser rentables, pues muchos pozos en ese país tienen un punto de equilibrio cercano a los USD $80. Por lo tanto, entre más caiga el precio, mayor será la presión que el mercado ejercerá versus el Rublo, y, por lo tanto, mayor será la presión sobre la ya muy alta inflación que afecta a Rusia. El invitado no invitado, el primo incomodo, es Venezuela. El señor Maduro, no ha parado de rogar que se haga una reunión extraordinaria de la OPEC para disminuir la producción mundial, que hoy ronda los 90 millones de barriles diarios. Pero nadie le hace caso. Venezuela es un cero a la izquierda en el entorno mundial, es una simple comedia. Pero lo más hilarante de todo, es que el ajedrez mundial cada día pone en peor situación al señor Maduro. ¿Si con el petróleo a $80 no hay ni caldo de pollo en Venezuela, como será si el petróleo cae a $60?. Como decía mi mamá, “a llorarle al mono de la pila”. Muy merecido, por demagogos.  

Alberto Bernal-León
Head of Research Department Bulltick Capital Markets
Viernes, 24 Octubre 2014

jueves, 23 de octubre de 2014

¿Cómo funcionan las pruebas de resistencia de la banca europea?

BRUSELAS -- Este domingo, los reguladores de Europa darán a conocer si 150 de los principales bancos de la Unión Europea han demostrado ser lo suficientemente solventes como para capear otra crisis financiera. Para averiguarlo, los supervisores han estado revisando el valor de los activos en los balances de los bancos, cuánto valor perderían esos activos --desde hipotecas a inversiones en bonos o créditos empresariales-- en caso de impactos financieros y económicos simulados y si los bancos cuentan con capital suficiente para absorber las pérdidas.
 
¿Para qué sirven las pruebas de solvencia?
La economía de la UE lleva en problemas desde que comenzó la crisis financiera en 2008. Las autoridades y los economistas de la UE consideran que esto se debe en parte a la renuencia de los bancos a prestar dinero a los hogares y las empresas y a que tampoco se lo prestan entre ellos, lo que impide que se realicen las muy necesarias inversiones. Confían en que estas pruebas de solvencia expongan a los bancos débiles y demuestren a los inversionistas que el sistema financiero del bloque es seguro.
 
¿Quién las realiza?
El Banco Central Europeo examinará a 130 bancos de los 18 países que componen la eurozona más Lituania, que se unirá al grupo el 1 de enero. Los reguladores nacionales han ayudado a realizar las pruebas. La Autoridad Bancaria Europea, con sede en Londres, supervisa las pruebas de solvencia de 123 bancos de los 28 países de la Unión Europea, algunos de los cuales, como Reino Unido, no pertenecen a la eurozona. La mayoría de los bancos aparecen en ambas muestras y los escenarios que se manejan son los mismos en los dos ejercicios. La revisión de la calidad de los activos, que primero verificó el valor de los activos utilizados en el ejercicio, ha sido realizada por el BCE y los supervisores nacionales.
 
¿Por qué se realizan las pruebas ahora?
Tras las graves crisis bancarias en Irlanda, España y Chipre, los 18 países de la UE que comparten el euro decidieron el pasado año que el BCE se encargara de supervisar a sus bancos más grandes. Las autoridades argumentaron que los supervisores nacionales no habían logrado muy a menudo identificar los problemas en sus sectores bancarios bien porque temían las repercusiones, bien porque no fueron capaces de entender los riesgos transfronterizos. El BCE quería llevar a cabo las pruebas de solvencia antes de comenzar a encargarse de la supervisión el 4 de octubre para asegurarse de que se solventan los viejos problemas.
 
Más datos sobre la revisión del valor de los activos
A diferencia de lo ocurrido con las pruebas de solvencia anteriores, el ejercicio de este año viene precedido de una revisión de la calidad de los activos. En esta revisión, los supervisores comprueban si los bancos han estado sobrevalorando sus activos. Las pruebas de solvencia propiamente dichas, en las que los bancos tienen que superar un simulacro de crisis de tres años, no se realizan hasta después de revisada la calidad de los activos. Algo a lo que hay que prestar atención es que el BCE también va a revisar a unos 30 bancos de la eurozona que no participan en la prueba de solvencia principal que lleva a cabo la Autoridad Bancaria Europea, que cubre a los 28 países de la UE.
 
¿Qué obstáculos deben superar los bancos?
Los bancos deben demostrar que sus colchones de capital de nivel 1 o capital principal no caerán por debajo del 8% de los activos ponderados por riesgo tras la revisión de la calidad de los activos y si la economía evoluciona como se espera hasta 2016. En el escenario de crisis, en el que la UE cae en una recesión de dos años y experimenta el tipo de pánico del mercado que se dio tras el hundimiento del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, los bancos deben mantener un colchón de capital de, como mínimo, el 5,5%.
 
¿Qué pasa si un banco reprueba?
Los bancos que no aprueben las pruebas de solvencia deberán aumentar sus colchones de capital. Pueden hacerlo vendiendo acciones nuevas o deshaciéndose de activos. Los bancos que no logren captar capital de fuentes privadas podrían necesitar la ayuda de sus Estados. Sin embargo, antes de que se inyecte en un banco dinero de los contribuyentes, sus accionistas y acreedores subordinados deberán asumir pérdidas.
 
¿Y qué pasa luego?
Los bancos problemáticos tendrán dos semanas para elaborar planes para captar capital adicional. Los que no logren aprobar la revisión de la calidad de sus activos o el escenario base del test tendrán seis meses para poner en marcha estos planes. Los bancos que suspendan sólo el escenario de crisis tendrán nueve meses para hacerlo. En los casos más graves, como por ejemplo si se descubre un agujero en un banco muy grande, los supervisores podrían tener que anunciar medidas ya el domingo por la tarde.
 
Gabriele Steinhauser
W.S.J jueves, 23 de octubre de 2014

viernes, 10 de octubre de 2014

Política Monetaria: Argentina y el Mundo



Cuestiones de política cambiaria
 


El miércoles 8 de octubre, la Reserva Federal dejó traslucir su preocupación por el futuro económico de Estados Unidos, habida cuenta de qué lo que parecía un camino algo más tranquilo en la salida definitiva de la crisis, se ha convertido, una vez más, en una cuesta empinada y difícil de transitar.

Entre los argumentos que motivaron la inquietud de la Fed a través de las Minutas de su reunión de política monetaria de septiembre, se encuentra el alza del dólar en todos los frentes, pero principalmente en sus cruces con las monedas denominadas duras, cuales son el euro, la libra esterlina y el franco suizo, entre otras. La divisa norteamericana tomó fuerza, claro está, ante la mayoría de las divisas de los países emergentes, y también frente a las monedas denominadas “commodities”, es decir aquellas que, como el dólar canadiense, el dólar australiano y el peso mexicano, varían en su tipo de cambio en función de las variaciones de precios de las materias primas, principalmente el oro y el petróleo.

Los dichos de la Fed, que hasta hace poco venían dejando ver un ligero optimismo dentro de su cautela habitual, motivan a pensar que medidas toman los bancos centrales para oxigenar su política monetaria y/o cambiaria, en momentos en que sus respectivas monedas se aprecian o se deprecian frente al dólar, única divisa frente a la cual cotizan directamente, con excepción del franco suizo, que analizaremos más abajo. La inflación, en Estados Unidos, se encuentra muy lejos del 2% anual, meta fijada por la Fed.

El Banco Central Europeo ha tomado medidas durante los últimos meses que, sin hablar de devaluación, lograron dicho objetivo: tasa de interés en el 0,05%, planes de estímulo a la economía, que incluyeron cambios en el estatuto de la entidad para poder implementarlos, etc. El euro, que había rozado 1,40 a principio de mayo, lucha ahora por no perder la cota de 1,25. El índice de inflación de la Eurozona aún permanece en valores casi nulos, con un alto peligro de deflación en el corto plazo.

El Banco de Japón implementó una política de devaluación del yen que se puso en marcha incluso antes de su propia implementación oficial. Cuando a fines de 2012 el entonces candidato a Primer Ministro Shinzo Abe anunció tal plan, la divisa local comenzó a perder terreno desde su máximo de 75,50 frente al dólar que alcanzó meses antes. Su precio actual, aún cuando las llamadas Abenomics (medidas que el propio Abe junto con el Gobernador del Banco de Japón, Sr. Haruiko Kuroda) se encuentran a mitad de camino, ya superó las 110 unidades, y se encuentra ahora en una lógica corrección con objetivo en 104 en el corto plazo.

Mensualmente, el Banco de Japón anuncia su política monetaria, con tasa de interés a menos del 0,1%, y una enorme inyección de yenes en el circuito económico. El objetivo del Gobierno japonés y de su Banco Central es acercar la inflación al 2% en varios años.

El Banco de Inglaterra, en tanto, mantiene una política monetaria sin cambios desde marzo de 2009. Con el estallido de la crisis de septiembre de 2008, el BoE redujo sus tipos de interés al actual mínimo de sus más de 315 años de historia, al 0,5%. Si bien han crecido las versiones sobre un incremento de los mismos, los plazos se han ido estirando desde octubre de 2014, algo que evidentemente no ocurrió, hasta mediados de 2015. El Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, fue quien meses atrás habló de tal posibilidad, cuando los datos macroeconómicos de Reino Unido parecían ofrecer un panorama muy alentador. Sin embargo, desde agosto pasado, varios informes reflejan que la economía británica aún se encuentra lejos del ideal, sobre todo en materia de producción industrial, mejoras en el mercado laboral y metas de inflación, que también se fijan en el 2% anual.

El Banco Nacional de Suiza reaccionó de forma original cuando a mediados de 2011 los inversores pusieron de moda, como pasó muchas veces en la historia, al franco. El tipo de cambio USD/CHF llegó una mañana a 0,70, lo cual desesperó a las autoridades del BNS, que sin demora decidieron anclar al euro su principal referencia cambiaria, con dos topes entre 1,20 y 1,25. De modo tal que el franco no se apreciará o devaluará directamente frente al dólar, sino ante el euro, y términos muy acotados, atando su suerte a la de la moneda única. Las medidas dieron resultado: solo una vez en 3 años el tipo de cambio EUR/CHF superó 1,25, y lo mismo ocurrió ante la apreciación del franco, con un mínimo en 1,1990 en tal paridad.

Con este panorama, y aún con el atenuante de que estamos hablando de países centrales, de Instituciones centenarias, de funcionarios que siguen una tradición en el fondo y en las formas, y que han atravesado varias crisis durísimas, nos ocupa ver que está haciendo el Gobierno de Argentina en materia de política monetaria y cambiaria, y cuales serán las consecuencias en un plazo que difícilmente exceda el fin de 2014.

En octubre de 2011, ante la fuga incontenible de dólares del país, el Gobierno argentino decidió implementar un “cepo” a la compra y venta libre de dólares; en términos coloquiales, prohibió la libre circulación de moneda extranjera. No hace falta decir que en menos de 24 horas, y como ocurre con cualquier mercado, se trate de dólares, bebidas alcohólicas o ropa de niños, apareció un mercado paralelo para el dólar.

Este nuevo mercado, que representa la única, y triste, forma de hacerse de dólares por parte del público en general (existe una forma “legal” que consiste en un complicado cálculo que incluye el salario de bolsillo de los trabajadores registrados, los impuestos que paga, su posición fiscal, el mínimo no imponible para estas operaciones, pero que en cualquier caso no permite adquirir más de 2 mi dólares mensuales, y solo si la agencia fiscal lo permite en línea, a total discrecionalidad del mismo), no solo floreció a través del tiempo en volumen, sino en la brecha entre este tipo de cambio y el oficial.

En la actualidad, el precio “oficial” del dólar, que es solo una referencia para perjudicar a los exportadores, a los que se les liquida sus acreencias en moneda local y a dicho tipo de cambio, se encuentra en 8,45/8,50 pesos. El tipo de cambio paralelo (también llamado blue), ronda los 15 pesos, luego de superar los 16 a fines de septiembre, y con un horizonte que lo sitúa en 18 pesos en no más de 45 días, y en 20,50 para fin de año. En octubre de 2011, el único tipo de cambio se encontraba apenas por encima de los 4 pesos.

Lo interesante es ver como combate el Banco Central, que dejó de ser un ente autárquico para convertirse en una mera dependencia del Gobierno, el crecimiento del dólar paralelo. La última iniciativa consiste en poner trabas a una forma legal de conseguir dólares que consiste en la compra de acciones que cotizan en la también debilitada Bolsa de Comercio de Buenos Aires y en Nueva York. Luego de su adquisición, y pasados 3 días hábiles, quien compra dichas acciones puede venderlas en la plaza neoyorquina obteniendo dólares que quedan depositados en Estados Unidos.

En principio, nada tiene de malo esta operatoria, y mucho a favor: no salen dólares del Banco Central, los exportadores pueden pagar sus cuentas en orden y a un tipo de cambio favorable. Pero justamente, dicha ventaja se constituye en el problema para el BCRA: el tipo de cambio de esta operatoria, llamada “contado con liquidación” presiona sobre el tipo de cambio paralelo. De modo tal que esta alternativa se ha visto prácticamente anulada en los últimos días, sin pensar que por algún lado se canalizará la demanda de dólares.

Entonces, y aquí llega, y perdón por toda la explicación anterior, la alternativa más original: si Usted camina por el centro financiero de Buenos Aires, se encontrará con camiones de la Polícia Federal y de la Gendarmería Nacional buscando lugares donde se compran y venden dólares. Y lo más gracioso, que lo sería si no se tratara de una triste realidad: un pequeño ejército de simpáticos perros Golden vestidos con el uniforme azul de la AFIP, la agencia de recaudación de impuestos local, caminando en busca de gente que lleve dólares en su bolsillo y eventualmente multarla.

Probablemente, la Fed, a través de su presidente Janet Yellen, cuyo marido fue en su hora Premio Nobel de Economía, el Banco Central Europeo, a través de su titular Mario Draghi, o Carney en Reino Unido, o Kuroda en Japón, no habrán jamás imaginado que la solución a la cuestión del tipo de cambio pasaba por enviar perros o a la policía a la calle.

Claro que, seguramente, tampoco imaginan a sus respectivos países con una inflación del 45% anual, sus economías en default por segunda vez en 13 años, las instituciones que comandan con reservas internacionales convertidas en papeles sin valor, y una hiperinflación golpeando la puerta de sus despachos. Las autoridades argentinas no lo imaginan, lo viven, y los argentinos no lo soñamos, lo sufrimos.

Adrian Aquaro
Estratega de mercado
Research Team
e-Mercava & tradercollege


Panamá evaluaría más impuestos en respuesta al nombramiento de paraíso fiscal

Bogotá_

La declaración de Panamá como paraíso fiscal no cayó bien entre el Ejecutivo ni los empresarios del país vecino.

Cuerpo de la Noticia: 
Ante la decisión, el gobierno de Juan Carlos Varela ratificó que no están dispuestos a firmar un convenio de intercambio de información tributaria amplio y por el contrario evaluarán medidas contra la discriminación. Con esto, se podrían esperar retaliaciones contra las 150 empresas nacionales con presencia en Panamá.

Colombia quiere rastrear los dineros de empresas y personas naturales en el exterior, aumentar la fiscalización y que así los activos fuera del país comiencen a pagar impuestos, para ayudar a tapar el hueco fiscal. La Dian no tiene datos claros de cuánto es la inversión de nacionales en ese país, precisamente porque el tema de la información ha sido una de las principales discusiones binacionales. Gustavo Cote, exdirector de la entidad, manifestó que teniendo en cuenta que según la información oficial, la inversión directa en Panamá representó 41,8% del total el año pasado (US$3.202 millones), los dineros allí pueden ser “superiores, pues lo que se asume es que Panamá por su condición real de paraíso fiscal se utiliza para ocultar operaciones que deben tributar en Colombia”.

Precisamente, por esto es que el Gobierno Nacional está presionando para firmar un acuerdo de intercambio de información amplio, a lo que el país vecino ha dicho que no. En un comunicado, la Cancillería panameña manifestó que “no pueden ser forzados a negociar acuerdos bilaterales, bajo la amenaza de imposición de un trato discriminatorio” y “trabajan coordinadamente para implementar las medidas aplicables a países que discriminan contra Panamá”.

El presidente de la Asociación Bancaria del país vecino, Carlos Troetsch, dijo que todas las empresas privadas están pidiendo que ante la “lamentable” acción de Colombia, se tomen medidas retaliatorias del mismo calado que las tomadas en el decreto expedido ayer.

Con esta medida, no solo subirían los impuestos para las 150 empresas colombianas radicadas en Panamá, como Bancolombia, EMP, ISA, Conalvías, etc., sino para las inversiones directas en Colombia.

Moisés Cohen, presidente de Capital Bank, manifestó que Colombia no le dio tiempo al nuevo gobierno de su país para tomar una decisión, pues hasta ahora los ministros llevan tres meses en su puesto. “La decisión es un ataque de Colombia y seguramente se tomarán medidas que van a afectar las empresas colombianas”.

La Cancillería aún está evaluando las determinaciones a tomar. Isabel Saint Malo, vicepresidente de Panamá, dijo a la agencia ANPanamá, que en este momento todo está sobre la mesa y se va a evaluar la respuesta a Colombia consultándola con todos los actores nacionales y se espera que en diciembre se tome una decisión.

Indicó que hubo acercamientos las semanas anteriores sobre el tipo de acuerdo de intercambio al que se podía llegar, e incluso se dieron opciones, pero de ninguna manera están listos para firmar un tratado sin restricciones.

Afectación en el comercio
La declaración de un país como paraíso fiscal tiene cinco implicaciones fundamentales. En primer lugar, todos los giros que hagan personas desde Colombia a esas naciones tendrán una retención de 33% y no de 10%. Pedro Sarmiento, socio Director de la División de Impuestos y Legal de Deloitte, manifestó que hay implicaciones complejas como que “las importaciones que se hagan de un paraíso tendrán una retención de 33%”.

En segundo lugar, los pagos que realicen los contribuyentes nacionales no pueden ser deducidos del impuesto a la renta como gasto, por lo que el pago de este impuesto se subiría.
Tercero, si un colombiano saca dinero en una inversión de portafolio actualmente paga 14%, sin embargo, si se hace a un paraíso fiscal será de 25%.

Cuarto, todas las operaciones que se hagan desde Panamá estarán sometidas al régimen de precios de transferencia y finalmente, los colombianos con residencia en un paraíso, serán considerados como residentes fiscales colombianos y, por lo tanto, estarán sometidos a impuesto sobre la renta sobre sus rentas de fuente mundial.

Eduardo Cristo, presidente de la Cámara Colombo-Panameña, manifestó que no solo se va a afectar la inversión en ambas vías, sino el comercio, que de por sí no ha tenido un buen avance porque no se ha firmado el TLC, el cual también estaba condicionado al intercambio de información tributaria.
Entre enero y julio, las exportaciones a Panamá alcanzaron los US$2.385,2 millones, mientras que las importaciones se ubicaron en US$32,6 millones.

El presidente de Bancolombia, Carlos Raúl Yepes, calificó como lamentable la inclusión de Panamá en la lista y señaló que “se trata de una medida altamente inconveniente desde el punto de vista económico y político”, por lo que espera que el Gobierno nacional recapacite sobre la decisión.
De acuerdo con el decreto 2193, por el cual Colombia declara a Panamá como paraíso fiscal, una vez este país firme el acuerdo de intercambio de información, será sacado de la lista, y no se tendrá que esperar un año para hacer su revisión.

El presidente del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento, dijo que puntualmente para su compañías están cubiertos ante esta situación.

Los efectos del Decreto comenzarán a sentirse desde el primero de enero de 2015. Cote cuestionó el hecho de que se esté tramitado una reforma tributaria en la que se aumenten los impuestos y por el otro que se le dé un año libre para los evasores en Panamá, pues las declaraciones de estos impuestos se darán hasta 2016.

Por ahora, las conversaciones entre los dos Gobiernos se mantendrán hasta llegar a un acuerdo.
Acercamiento entre los Ministros de Hacienda

 Al cierre de esta edición se informó que el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y el de economía de Panamá, Dulcidio de la Guardia, tendrían un acercamiento al cierre de la Cumbre de Ministros de Hacienda de las Américas y el Caribe, que se celebra en Washington. En el decreto expedido ayer, el Gobierno Colombiano incluyó en la lista de paraísos fiscales a Barbados, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar.

Las opiniones
Carlos Raúl Yepes
Presidente de Bancolombia

“Se trata de una medida altamente inconveniente desde el punto de vista económico y político, más aún entre dos países hermanos que han sido tradicionalmente amigos”.
Carlos Troetsch
Presidente de la Asociación Bancaria de Panamá

“La empresa privada y los panameños en general, ante la acción de Colombia, están pidiendo que se responda con medidas de retaliación, similares a las tomadas por ese Gobierno”.

María Alejandra Sánchez

masanchez@larepublica.com.co