jueves, 27 de junio de 2013

Semana De Pasión


No bajan las preocupaciones en los mercados financieros, a pesar del discurso sopesado de las autoridades mundiales como el FMI y la Fed sobre el futuro económico y monetario mundial. Más relevante aún, no bajan las preocupaciones a pesar del clarísimo hecho de que en esta ocasión, en este evento de estrés financiero, la gente está vendiendo activos en manada porque la economía de Estados Unidos está mostrando un mejor comportamiento. También es interesante resaltar como la situación de los mercados se está complicando precisamente en la mitad del año. Llama la atención, porque el estrés de mercados actual concuerda, en términos de calendario, con el estrés de mercado que ha ocurrido en los años anteriores.

Repasando la historia, la crisis de mercado de medio año que ocurrió en el 2010 generó 13.9% en pérdidas, antes de que el mercado encontrara un punto de estabilidad y reencontrara su senda alcista. La crisis del 2011 le costó al mercado un 17% y la del 2012 le costó al mercado un 8%. Ahora, valga decir que cada uno de esos episodios de incremento de aversión al riesgo fue seguido por importantes valorizaciones de los mercados accionarios. Valga decir que desde el mínimo alcanzado en el índice S&P 500, cuando este índice tocó 666 en Marzo del 2009, el mercado accionario de Estados Unidos ha rendido un 135%. Mejor dicho, el que metió 100 dólares en acciones de EEUU en Marzo del 2009, hoy tiene USD $234, más un 5.1% adicional por los dividendos que le devengó la inversión.    

Entender la sicología de mercado es una necesidad inherente del analista que quiere tener la capacidad de entender los movimientos de los mercados internacionales. Porque seamos sinceros; los mercados son un sistema humano que tiene clarísimos visos de sufrir de ciclotimia. Los humanos somos seres que nos dejamos afectar por cuestiones exógenas, por eventos sobre los cuales no tenemos control, y por esta razón cambiamos de visión de forma tan abrupta.

Por ejemplo, la lluvia puede afectar nuestro estado de ánimo y por lo tanto nuestra visión sobre la benevolencia del devenir, hecho que claramente no conlleva ninguna lógica. El lunes podemos estar de excelente genio, con gran nivel de optimismo a futuro, pero ese mismo viernes podemos estar en una depresión tremenda y por razones totalmente inesperadas. Este es el caso hoy en día, pues la verdad sea dicha, la sangría de los mercados ha probado ser simplemente impresionante. Un par de números para poner en contexto la virulencia que ha demostrado tener la caída de los mercados en esta ocasión. Desde el inicio del año, el índice de deuda soberana de JP Morgan, el famoso EMBI, ha perdido 12.9%, y el índice de deuda local ha perdido 12.5%.

Los TES 2024, midiendo el retorno agregado en dólares, han perdido 14%, y los bonos en Reales (Brasil) al 2024 han perdido la barbaridad de 27% desde que comenzó el año. La bolsa de valores de Brasil está abajo un 30% desde el inicio del año, mostrando una dinámica aún más negativa si se compara con la dinámica que mostró este activo durante la crisis financiera del 2008-2009. Nuevamente, toda esta sangría se debe al hecho de que la economía de Estados Unidos se está comportando mejor. Mejor dicho, estamos matando el mundo porque la economía más grande del mundo está saliendo de cuidados intensivos.

Pero como decía en una columna anterior, que no cunda el pánico. El futuro de esta crisis financiera muy seguramente terminará siendo análoga a la mayoría de eventos de estrés económico y financiero que se han sentido en el pasado reciente. A que me refiero? Al hecho inequívoco que dentro de unos meses miraremos hacia atrás y nos diremos a nosotros mismos, quizás en silencio, por la pena que nos producirá: “que bruto no haber utilizado la corrección vista para incrementar las inversiones.”

Alberto Bernal-León

Head of Research Department Bulltick Capital Markets
Viernes, 21 Junio 2013
DesdeWallStreet.com

lunes, 17 de junio de 2013

Las proyecciones de la Fed darán pistas sobre sus compras de bonos

En cada uno de los años transcurridos de la recuperación de EE.UU. después de la crisis financiera, la Reserva Federal ha sobrestimado el crecimiento de la economía. Muchos economistas creen que lo está volviendo a hacer.
La encuesta mensual que realiza The Wall Street Journal entre economistas del sector privado encontró que la mayoría prevé una expansión de 2,3% este año y 2,8% el próximo.
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La Fed es más optimista. Sus más recientes proyecciones de crecimiento, dadas a conocer en marzo, promedian cerca de 2,6% para 2013 y 3,2% para 2014. Después de su reunión de dos días que concluye el miércoles, la Fed divulgará sus previsiones actualizadas de crecimiento, inflación y desempleo.
La evolución de estas cifras ha adquirido una importancia crítica. Es improbable que el banco central estadounidense altere en esta reunión su programa de compra de bonos por US$85.000 mensuales, lanzado para estimular el crecimiento, al reducir las tasas de interés a largo plazo e impulsar el precio de los activos, e incentivar el gasto, el empleo y la inversión.
 
No obstante, lo que diga la Fed sobre la economía enviará importantes señales sobre sus futuras decisiones. Si la entidad mantiene la confianza en sus pronósticos, podría enviar la señal de que se encamina a comenzar a reducir el programa en el segundo semestre de este año.
 
Ben Bernanke, el presidente de la Fed, afirmó hace poco en testimonio ante el Congreso que el banco central podría comenzar a reducir la cantidad de compras mensuales en una de sus próximas reuniones si la economía sigue mostrando señales de mejoría, dejando a los inversionistas ansiosos por obtener información más detallada sobre los planes.
 
En épocas normales, alcanzar un crecimiento de 2,6% no sería mayor motivo de celebración. Pero estas no son épocas normales y la proyección ya a mediados de año parece una valla difícil de salvar. El crecimiento del segundo trimestre parece débil. Economistas encuestados por The Wall Street Journal estiman que EE.UU. se está expandiendo a una tasa anualizada de 1,9% en el trimestre actual, luego de crecer 2,4% en los tres primeros meses del año. Si tienen razón, eso significa que el crecimiento debería acelerarse en la segunda mitad del año —en medio de la carga continua que representan los recortes de gastos y alzas de impuestos— para cumplir con las expectativas de la Fed.
Los economistas del banco central hablan como si aún pensaran que el crecimiento repuntará en el segundo semestre, lo que sugiere que no realizarán grandes cambios en sus pronósticos. Consideran que más allá de algunas cifras decepcionantes, la economía muestra fortalezas importantes en áreas como el mercado inmobiliario y el consumo.
 
En promedio, los economistas privados creen que la Fed comenzará a reducir el programa de compras de bonos en octubre, pero que no lo va a terminar hasta mayo de 2014. No es el fin abrupto que muchos participantes del mercado parecen temer. The Wall Street Journal encuesta a 52 economistas a comienzos de cada mes.
 
Una cantidad de estos economistas opina que el crecimiento estará por debajo de las expectativas de la Fed —como ha sucedido tantas veces en esta recuperación que lleva cuatro años— y que una reducción del volumen de los bonos comprados llegará después de lo que algunos anticipan.
La economista de BNP Paribas, BNP.FR +1.09% Julia Coronado, cree que la Fed recién empezará a reducir las compras en diciembre y que no pondrá fin al plan sino hasta diciembre de 2014. "Querrán ver una serie de datos más sólidos antes de dar el primer paso", aseveró.
Numerosos economistas le dan al banco central una baja calificación por su manejo comunicacional. La Fed parece estar diciendo que está dispuesta a reducir el programa de compra de bonos "luego de datos económicos no tan buenos", dijo Coronado.
 
Esto sugiere que están ansiosos por dejar de lado sus políticas de crédito barato, un mensaje que claramente preocupa a los inversionistas, agregó.

En medio de la incertidumbre sobre la política de la Fed, las tasas de interés de los bonos del Tesoro de largo plazo subieron en semanas recientes mientras que los precios de las acciones han registrado fuertes oscilaciones.

Por JON HILSENRATH y PHIL IZZO
W.S.J. 16 de junio de 2013

viernes, 14 de junio de 2013

¿Paraísos fiscales o razones de fondo?

En los últimos tiempos hemos asistido a una vorágine de declaraciones donde se estigmatiza el hecho de que los colombianos o los extranjeros tengan constituidas sociedades en el exterior que de una u otra forma mantienen intereses en Colombia.
 
Las críticas a lo anterior giran en torno a diferentes cosas. Para algunos –por ejemplo la DIAN–, esas sociedades se usan para evadir impuestos. Se trata, simple y llanamente, de hacerle “conejo” al pago de las obligaciones tributarias.
 
Para otros, todo lo que suene a sociedad extranjera es sinónimo de lavado de activos. Ya hemos llegado al punto que cuando aparece una sociedad en Colombia constituida en Delaware las autoridades y los periodistas piensan que allí hay –o podría haber– algo turbio.
 
Lo cierto, sin embargo, es que al contrario a lo que se está volviendo mito urbano la gente en el mundo no constituye sociedades en
Delaware porque esté queriendo evadir impuestos o porque se trate de dineros provenientes de lavado de activos. Afirmar tal cosa –o el hecho de que Delaware sea un “paraíso fiscal”– es una afirmación carente de todo sustento.
 
Para empezar, la gran mayoría de las sociedades americanas que se transan en el mercado de valores, particularmente en la Bolsa de Nueva York y en Nasdaq, son sociedades constituidas en Delaware. ¿Por qué sus fundadores las constituyeron en Delaware y no en cualquier otra parte del mundo? No precisamente para capar impuestos o para lavar activos.
 
La razón es que Delaware tiene el sistema más eficiente de EE UU para resolver problemas societarios. En efecto, en Delaware este tipo de procesos se tardan poco en resolverse, pues existe la Court of Chancery, una corte especializada en estos asuntos y solo cabe un recurso ante la Corte Suprema de Justicia. Entre tanto, en la mayoría de los estados de la unión no hay cortes especializadas para asuntos de negocios y el sistema no es igual de expedito.
 
A diferencia de lo que pasa en buena parte de EE UU, los jueces en Delaware no se eligen por votación popular. Los nombra el gobernador y son confirmados por el Senado del Estado. Esto ha hecho que los jueces sean de primer nivel, pues no se elige a los que hacen mejores discursos, sino a los más preparados.
 
El resultado de lo anterior es que en Delaware, cuando hay una disputa, los resultados pueden ser rápidos y en cierta forma predecibles. Eso hace que sea un lugar atractivo para los negocios que involucran tener socios.
 
Y es que el peor enemigo de los negocios es la incertidumbre. Eso lo ha resuelto, en buena medida, Delaware, pues no hay jueces inexpertos o impredecibles, sino todo lo contrario.
 
Entre la reglas que han creado los jueces de Delaware está una que le gusta mucho a los hombres de negocios. Se llama el “Business Judgment Rule”. Bajo esta regla, los miembros de una junta directiva que han tomado una determinada decisión que luego es cuestionada están protegidos de elucubraciones posteriores de los socios sobre si lo que hicieron estuvo bien o mal.
 
Bajo el “Business Judgment Rule” si una junta directiva de una sociedad de Delaware toma una determinada decisión y esta descansa sobre información suficiente, fue adoptada de buena fe y con el convencimiento de que perseguía los mejores intereses de la sociedad, dichos directores no podrán ser demandados por los resultados cualquiera que estos sean.
 
Lo anterior significa que los miembros de junta directiva de una sociedad en Delaware no pueden ser demandados así se hayan equivocado. Solo podrán ser demandados, bajo el Business Judgment Rule, si tomaron una decisión bajo un conflicto de interés, si obraron de mala fe o no adoptaron una decisión debidamente informados. 
 
Ojalá los funcionarios y los periodistas aprendan más sobre Delaware y las sociedades que allí se encuentran para que no hagan juicios de valor equivocados. Si las sociedades que allí se constituyeron fueran lavadoras de activos o estuvieran evadiendo impuestos sería tanto como decir que el mundo corporativo americano está compuesto en su mayoría de eso. Y a nadie se le ha ocurrido semejante despropósito.
 
Andrés Flórez Villegas
Socio de Esguerra Barrera Arriaga Asesores Jurídicos
aflorez@esguerrabarrera.com
ambitojuridico.com 12 de junio de 2013