lunes, 27 de mayo de 2013

Hombre vs. máquina: la pelea del siglo


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A los inversionistas siempre les ha costado superar el desempeño de los fondos indexados. Últimamente, sin embargo, ha sido casi imposible. No sólo eso. El selecto grupo de gestores que lo ha logrado casi nunca lo ha hecho de una manera consistente.
 
Los expertos atribuyen gran parte de la culpa al ascenso de sofisticados programas computarizados de compra y venta de valores.
 
Un dato a tener en cuenta: entre los más de 200 asesores que figuran en la lista de Hulbert Financial Digest, solamente 51 superaron el rendimiento del mercado entre el 30 de abril de 2002 y 2012, tomando en cuenta la evolución del índice Wilshire 5000 Total Market, e incluyendo la reinversión de dividendos. Apenas 11, es decir 22%, han derrotado al mercado desde entonces. En los últimos 12 meses, el índice Wilshire ha superado en 6,2% el rendimiento del grupo.
 
En otras palabras, no hay ninguna garantía de que un inversionista que se haya desempeñado por encima del mercado en un momento dado repita la gracia en el siguiente.
"Antes de la era en que los programas informáticos dominaban las transacciones, era un poco más fácil identificar con antelación a los mejores asesores, porque era más sencillo entender y evaluar lo que estaban haciendo", explica Lawrence G. Tint, presidente de la junta de la firma de gestión de riesgo para inversionistas institucionales Quantal International.
 
 
Una de las principales razones que explica el triunfo de las máquinas es nuestra incapacidad para procesar grandes cantidades de información financiera, que cada año se vuelve más compleja y voluminosa.
 
Terrance Odean, profesor de Finanzas de la Universidad de California en Berkeley, ha estudiado detenidamente la conducta y el desempeño de los operadores individuales. Señala que antes, cuando alguien compraba o vendía una acción, al otro lado de la transacción había otro ser humano. "Ahora, uno está compitiendo contra una supercomputadora", dice.
 
"Los individuos ya no están jugando contra los grandes maestros; están jugando contra Deep Blue," indica, en alusión a los famosos partidos a fines de los 90 entre los grandes campeones de ajedrez y la supercomputadora de International Business Machines IBM -0.21% . Los inversionistas "perderán casi con certeza", predice.
 
Otro motivo por el que los operadores humanos están perdiendo la batalla contra las máquinas es su incapacidad para evaluar datos complejos. Observan la misma información en diferentes ocasiones y llegan a conclusiones distintas. Además, dejan que inadvertidamente sus emociones influyan en sus decisiones.
 
Daniel Kahneman, profesor emérito de psicología y asuntos públicos de la Universidad de Princeton y premio Nobel de Economía en 2002, ha estudiado a fondo este fenómeno. En su libro de 2011 "Pensar rápido, pensar despacio", revisó más de 200 estudios académicos de las últimas cinco décadas que analizaron competencias directas entre seres humanos y algoritmos mecánicos.
 
Kahneman señala que los humanos pierden de forma consistente contra las máquinas en una amplia gama de campos de conocimiento, como medicina, economía, negocios, psicología y hasta en la capacidad para evaluar la calidad del vino francés. En cada uno de estos ámbitos, asevera, "la precisión de los expertos fue igualada o superada por un simple algoritmo".
 
Entonces, ¿cómo explicar el éxito de Warren Buffett, presidente de Berkshire Hathaway, BRKB -0.41% que ha superado al mercado por un margen holgado durante las últimas cuatro décadas? ¿Acaso se trata de una excepción?
 
Es muy posible que Buffett sea mejor que sus competidores. No obstante, con un portafolio tan grande como el que administra, le costará más elegir acciones que tendrán un mejor desempeño que un fondo indexado, dice otro legendario inversionista, Bill Miller. El propio Buffett prevé que los retornos futuros de Berkshire solo superen levemente los del S&P 500, que agrupa las acciones de las principales empresas estadounidenses.
 
Tint, por su parte, sostiene que buena parte del valor que Berkshire ha generado en los últimos años no proviene de las proezas de Buffett a la hora de escoger acciones en las que invertir, sino de la inmensa cantidad de efectivo a su disposición, que le concede una ventaja gigantesca en el manejo del holding de inversiones y le permite negociar condiciones muy favorables con empresas que necesitan fondos y no tienen acceso expedito a otras fuentes de capital.
 
Las implicaciones para los inversionistas son claras: es mejor no hacer negociaciones de corto plazo, que son dominadas por las computadoras de Wall Street. La alternativa más obvia, dicen los expertos, es comprar y mantener en la cartera por un plazo largo una combinación de fondos indexados diversificados con costos bajos.
 
Más allá de eso, ¿tiene todavía el ser humano un papel que jugar en un mundo donde pierde tan a menudo contra las máquinas?
 
La respuesta es que sí, según Brad Barber, profesor de Finanzas de la Universidad de California en Davis, quien ha analizado el comportamiento y el desempeño de los inversionistas particulares. Hay ciertas cosas que las computadoras no hacen o no pueden hacer bien, como determinar cuáles son los patrones más relevantes que surgen de los datos. "Si no se entienden los motivos de una tendencia, es vulnerable a seguir un algoritmo disparatado que probablemente tendrá un mal desempeño", agrega.
Las computadoras tampoco están diseñadas para pensar creativamente y diseñar nuevas hipótesis capaces de derrotar al mercado en el futuro, subraya Tint, quien visualiza una alianza hombre-máquina en la que las computadoras pueden ensayar de forma rigurosa nuestras hipótesis y ejecutar las que pasaron la prueba.
 
El problema es que la mayoría de los inversionistas no tienen ni el hardware ni las bases de datos necesarios para aprovechar todo el potencial de las computadoras.
 
Incluso los profesionales que pueden acceder a estos recursos deben reconocer las limitaciones de su proceso de toma de decisiones. Hasta que no las conozcan es probable que exageren sus aportes y le resten importancia a lo que puedan hacer las computadoras.
 
Odean afirma que los peores desempeños en sus estudios correspondieron a los inversionistas que se sentían más confiados de sus capacidades. Esto los hizo negociar con más frecuencia e incurrir en un mayor riesgo.
 
—Hulbert es el editor de Hulbert Financial Digest, que pertenece a MarketWatch/Dow Jones.
 
Por MARK HULBERT W.S.J. May 17, 2013

miércoles, 15 de mayo de 2013

Holanda, el país que hará estallar el euro

¿Qué país de la eurozona está más endeudado? ¿Los griegos derrochadores, con sus generosas pensiones estatales? ¿Los chipriotas y sus bancos repletos de dinero sucio ruso? ¿Los españoles tocados por la recesión o los irlandeses en quiebra? Pues curiosamente son los holandeses sobrios y responsables.
 
La deuda de los consumidores en los Países Bajos ha alcanzado el 250% de la renta disponible y es una de las más altas del mundo. Como comparación, España nunca ha superado el 125%.
 
Holanda es uno de los países más endeudados del mundo. Está sumido en una recesión y demuestra pocos signos de salir de ella. La crisis del euro se lleva arrastrando tres años y hasta ahora sólo había infectado a los países periféricos de la moneda única. Holanda, sin embargo, es un miembro central tanto de la UE como del euro. Si no puede sobrevivir en la Eurozona, se habrá acabado todo.
El país ha sido siempre uno de los más prósperos y estables de Europa, además de uno de los mayores defensores de la UE. Fue miembro fundador de la unión y uno de los partidarios más entusiastas del lanzamiento de la moneda única. Con una economía rica, orientada a las exportaciones y un gran número de multinacionales de éxito, se suponía que tenía todas las de ganar con la creación de la economía única que nacería con la introducción satisfactoria del euro. En vez de eso, ha empezado a interpretar un guión tristemente conocido. Está estallando del mismo modo que Irlanda, Grecia y Portugal, salvo por una mecha algo más larga.

Burbuja inmobiliaria

Los tipos bajos de interés, que obedecen a los intereses de la economía alemana ante todo, y mucho capital barato han creado una burbuja inmobiliaria y la explosión de deuda. Desde el lanzamiento de la moneda única hasta el pico del mercado, el precio de la vivienda en Holanda se duplicó, convirtiéndolo en uno de los mercados más sobrecalentados del mundo. Ahora se ha estrellado estrepitosamente. Los precios de la vivienda caen con la misma velocidad que en Florida cuando el auge inmobiliario americano se marchitó.
Actualmente, los precios son un 16,6% más bajos que en lo más alto de la burbuja de 2008 y la asociación nacional de agentes inmobiliarios predice otra caída del 7% este año. A menos que haya comprado su casa en el siglo pasado, ahora valdrá menos de lo que pagó e incluso menos todavía de lo que pidió prestado por ella.
 
Por todo ello, los holandeses se hunden en un mar de deudas. Por encima del 250%, la deuda de los hogares es mayor aún que la de Irlanda, y 2,5 veces el nivel de la de Grecia. El Gobierno ya ha tenido que rescatar a un banco y, con unos precios de la vivienda en caída continua, lo más probable es que le sigan muchos más. Los bancos holandeses tienen 650.000 millones de euros pendientes en un sector inmobiliario que pierde valor a toda máquina. Si hay un dato demostrado sobre los mercados financieros es que cuando los mercados inmobiliarios se hunden, el sistema financiero no se hace esperar.

Profunda recesión

 
Las agencias de calificación crediticia (que no suelen ser las primeras en estar al tanto de los últimos acontecimientos) ya se empiezan a dar cuenta. En febrero, Fitch rebajó la calificación estable de la deuda holandesa, que sigue con su triple A, aunque sólo por los pelos. La agencia culpó a la caída de los precios de la vivienda, el aumento de la deuda estatal y la estabilidad del sistema bancario (la misma mezcla tóxica de otros países de la Eurozona afectados por la crisis).
 
La economía se ha hundido en una recesión. El desempleo aumenta y alcanza máximos de hace dos décadas. El total de parados se ha duplicado en sólo dos años y en marzo pasó del 7,7 al 8,1% (una tasa de aumento todavía más rápida que la de Chipre). El FMI predice que la economía encogerá un 0,5% en 2013, pero los pronósticos tienen la mala costumbre de pasarse de optimistas. El Gobierno incumple sus déficits presupuestarios pese a haber impuesto unas medidas severas de austeridad en octubre. Como otros países de la Eurozona, Holanda parece encerrada en un círculo vicioso de paro en aumento e ingresos fiscales en descenso, que conduce a todavía más austeridad e incluso más recortes y pérdida de empleo. Cuando un país se sube a ese tren, cuesta mucho salirse de él (sobre todo dentro de los confines del euro).
 
Hasta ahora, Holanda había sido el gran aliado de Alemania en la imposición de la austeridad por todo el continente como respuesta a los problemas de la moneda. Ahora que el bajón se agrava, el apoyo holandés a una receta sinfín de recortes y recesión (e incluso al euro) empezará a esfumarse.
 
Los demás colapsos de la Eurozona siempre han ocurrido en la periferia de la divisa. Eran países marginales y sus problemas se presentaban como accidentes, no como pruebas de los fallos sistémicos de la forma en que se armó la moneda. Los griegos gastaban demasiado. Los irlandeses dejaron que su mercado inmobiliario se descontrolase. Los italianos siempre tuvieron demasiada deuda para empezar. Para los holandeses no hay ninguna excusa: ellos obedecieron todas las reglas.
 
Desde el principio ha quedado claro que la crisis del euro llegaría a su fase terminal cuando alcanzase el centro. Muchos analistas suponían que sería Francia y, aunque Francia no está precisamente falta de problemas (el paro crece y el Gobierno hace todo lo que puede, restando competitividad a la economía), no deja de seguir siendo un país rico. Sus deudas serán altas pero no están fuera de control ni han empezado a amenazar la estabilidad del sistema bancario. Holanda está llegando a ese punto.
 
Tal vez hay que esperar un año más, quizá dos, pero la caída cobra ritmo y el sistema financiero pierde estabilidad cada día. Holanda será el primer país central en estallar y eso será demasiada crisis para el euro.
 
 
Matthew Lynn, director ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics.
elEconomista.com Miércoles, 15 de Mayo de 2013

martes, 14 de mayo de 2013

¿En qué consiste la ilusión monetaria?


El estado de ánimo de la sociedad tiene más relación con el estado de los mercados financieros que con la evolución de la economía real. La renta variable sube en valoración y un gas inerte comienza a desprenderse entre los agentes económicos. Los niveles de oxígeno comienzan a descender y los movimientos se retardan casi sin despertar sospecha. Muchos representantes sociales sienten un efecto placebo intenso que impulsa actuaciones repetidas e inocuas para la actividad. Pero esta realidad es conocida por muchos de los directores de la economía global por lo que ajustan sus mascarillas de respiración y dotan nuevas dosis del famoso preparado. La pregunta que nos atañe es saber si estos directores tienen mascarillas de calidad que minimizan el riesgo de filtración. Si los dispositivos no se cierran a tiempo el efecto final sobre la actividad económica podrá ser incierto.
La secuencia de creación de dinero podría resumirse en los siguiente puntos:
 
Primero. Estados Unidos ha creado dinero nuevo durante el último año en un volumen similar a toda la deuda española. Esta actividad frenética continúa el plan iniciado hace varios años y tiene visos de continuar durante unos cuantos meses más. Así, los dólares han inundado los mercados buscando rentabilidad primero en las emisiones de deuda de las corporaciones, después en las emisiones soberanas de los estados y finalmente en las acciones cotizadas en todos los mercados internacionales.
 
Segundo. Contagiado por este impulso monetario, Japón, harto de mantener una activad estancada durante décadas y envidioso de los efectos placebos que los dólares están generando en la economía mundial, ha tomado la arriesgada decisión de sumarse al proyecto de inyectar cañones de yenes al sistema financiero internacional.
 
Tercero. El exceso de liquidez ha tenido por efecto el descenso de las primas de riesgo de los países más penalizados internacionalmente por su escasez de reformas efectivas. En esta tendencia numerosas voces europeas han solicitado al Banco Central Europeo una política de apoyo similar mediante un programa de monetización directa de la deuda europea. Sin duda, esta dinámica ha conseguido frenar la sensación de quiebra del sistema financiero internacional, pero, por otra parte, ha desactivado el modo de alerta de las economías occidentales. En la vertiente macroeconómica, la puesta en marcha de reformas estructurales más efectivas se están retrasando tanto en la vertiente local como en la internacional. En Estados Unidos se demoran los ajustes fiscales y en Europa, una integración fiscal mucho más valiente. Desde la perspectiva microeconómica, las viejas fórmulas están encontrando de nuevo hueco. Como ejemplo, tomamos el sector financiero y observamos cómo en nueve meses los tentáculos del sistema han puesto de nuevo a funcionar las viejas máquinas de creación de productos financieros con alto riesgo, alta remuneración y elevados conflictos de interés.
 
Las alertas anunciando un probable fallo en las mascarillas comienzan a escucharse de forma cada vez más significativa. En Estados Unidos, las voces contra la actual política monetaria se empiezan a escuchar en la Reserva Federal y también los acuerdos entre los congresistas americanos para implementar gradualmente un ajuste fiscal centrado en aumentos de impuestos y descenso de gastos públicos.
 
En Europa, la recesión económica, la exigua presión inflacionista, el desproporcionado nivel de desempleo y el elevado endeudamiento están trazando un camino directo hacia la integración real de la economía europea y, con ello, hacia el desarrollo de un adecuado marco europeo de entendimiento entre la aplicación de las políticas de ajuste estructural y las políticas de crecimiento. Con ello, es probable que esta ilusión por un crecimiento fácil termine por evaporarse en cuanto los datos de la economía real desvelen otra realidad. Como siempre, las políticas de demanda permiten navegar en el ciclo económico pero las políticas generadoras de crecimiento real son siempre políticas de oferta.
 
Por suerte para los ciudadanos, el cambio que debemos hacer es tan profundo y tan definitivo que cualquier medida generadora de ilusiones falsas terminará por diluirse y cualquier retraso en la toma de acuerdos pendientes de un calendario electoral acabarán por penalizar definitivamente a su conductor. Así, podríamos considerar que la pregunta inicial tiene dos respuestas: las mascarillas no son de calidad y, por tanto, el gas intoxicará a los directores de la economía global, sin embargo, los vientos de cambio son tan fuertes que acabarán por limpiar suficientemente los recovecos de la actividad económica.
 
Javier Kessler Saiz, de Kessler y Casadevall AF.
elEconomista.es

lunes, 13 de mayo de 2013

John Paulson frente a George Soros: ¿Y si el oro se dispara un 24%?

Aunque en los últimos quince días el precio del oro ha llegado a caer un 20 por ciento hasta los 1.400 dólares la onza y los bancos centrales han perdido en sólo dos años 560.000 millones de dólares, el legendario inversor John Paulson cree que se va a revalorizar un 24%.
 
Sabe lo que es ganar dinero con activos muy volátiles. En 2010, recogió 5.000 millones de dólares apostando contra las llamadas ‘hipotecas basura’. Así encandiló a unos inversores que pasaron de invertir en sus fondos 26 millones a rozar los 180.000 millones de dólares.
Pero Paulson también sabe lo que es ver cómo su cartera, con casi 22 millones de acciones ligadas al oro, se depreciaba en 1.000 millones de dólares en pocos días. De todos modos, cree que el metal precioso volverá a máximos de 2011, lo que implicaría un salto del 24 por ciento.
 
George Soros piensa justo lo contrario. De hecho, se desprendió de 800 millones de dólares en títulos relacionados con el oro en 2011 y en los últimos meses su fondo cotizado (ETF) ha recortado su exposición de 1,3 millones de acciones a sólo 600.000.
 
El banco de inversión Goldman Sachs, también se ha mostrado escéptico respecto a la subida del valor refugio. Los expertos calculan que el precio del activo rondará en torno a los 1.545 dólares, frente a los 1.610 dólares que esperaban para este año. Para 2014 reducen aún más sus previsiones situando el precio de la onza en 1.270 dólares. Goldman no cree que la crisis de Chipre y que la desaceleración de EEUU influyan en las previsiones de recuperación y consideran el “fuerte repunte del oro” como “poco probable”.
 
Pero el desplome del oro también lo han sufrido los principales bancos centrales y el FMI, porque acaparan cerca del 20% de la reserva mundial. Por este motivo, sus activos se han devaluado cerca de 430.000 millones de euros desde 2011. España solo dispone de 9,1 millones de onzas, puesto que en 2007 el Banco de España vendió un tercio de las reservas a un precio de 650 dólares la onza.
 
Brotes dorados
Pero John Paulson considera que no pierde el que no vende y él ha mantenido su fe en la revalorización del oro hasta 1.900 dólares la onza debido a la inflación, que podrían propulsar las políticas expansivas de los bancos centrales, y la crisis de las divisas globales. Las monedas no sólo están cada vez más baratas sino que han dejado la rentabilidad de los bonos denominados en dólares o yenes en niveles mínimos.
 
Si se cumplen sus predicciones, una buena alternativa para invertir sería la minera canadiense GoldCorp (GG), porque no sólo sus fluctuaciones van en correlación al oro, sino que posee atractivos como los dividendos del 2,00% y las buenas expectativas de crecimiento.
 
Según Reuters la mayoría de los analistas recomiendan “comprar” y ninguno apuesta por “fuerte venta”. El precio de esta cotización se encuentra cerca de los mínimos de 27, 79 dólares canadienses (CAD) de las últimas 52 semanas, y muy lejos de su máximo de los 46,31 CAD dentro del mismo periodo. En caso de repuntar hasta sus máximos, las acciones se revalorizarían un 60%. En la actualidad, la gráfica de la empresa está marcando mínimos y se puede formar una estructura de rebote.
 
GoldCorp es una de las mineras de materiales preciosos más grandes del mundo, tiene el control y los derechos de explotación de 20 minas a lo largo de toda América, once de ellas están en funcionamiento y las otras nueve en desarrollo. La mina de oro más grande del mundo es propiedad de esta empresa, está en la región de Red Lake (Canadá) y produce 500.000 onzas al año, unas 15,55 toneladas.
 
Respecto a las explotaciones en desarrollo, hay dos en las que se tienen puestas muchas expectativas, porque empezarán a producir a lo largo de este año. La primera está situada en Pueblo Viejo (República Dominicana) las estimaciones calculan que producirá de 330.000 a 435.000 onzas anuales. GG controla el 40% de esta mina junto con Barrick Gold Corporation. La segunda mina se encuentra en Cerro Viejo (provincia de Santa Cruz, Argentina) y se espera una producción cercana a las 525.000 onzas anuales, durante los cinco primeros años.
 
La apuesta puede ser arriesga, porque la acción es tan volátil como el oro. En tan solo tres sesiones, desde el 11 hasta el 15 de abril, los valores se hundieron y GG cedió cerca de un 12 por ciento y el oro un 14 por ciento. A partir del 15 de abril ambas cotizaciones se han revalorizado, GG un 8,6 por ciento y el oro ha crecido un 7 por ciento. GoldCorp ha cotizado a 29,75 dólares y el oro ha marcado 1.447 dólares.
 
Si Paulson le gana el pulso a George Soros, el oro podría revalorizarse un 24% para volver a los máximos de 2011 y Goldcorp podría aumentar su precio un 37% hasta recuperar los 46,40 dólares por acción de septiembre de 2012.
 
José Luis Herrero.
expansión.com